Queso vasco y txakoli

Abandonaremos la ‘gran ciudad’ para viajar a la Gipuzkoa rural y conocer los secretos de la producción de queso Idiazabal en un caserío típico. El precio habitual de un kilo de este queso suele rondar los 20 euros, aunque todos los años se celebra un concurso para premiar el mejor queso de la temporada… llegándose a pagar hasta 14.000 euros ¡por ½ kilo! Haremos una cata, te hablaremos de los secretos de los quesos vascos, probarás quesos ahumados, jóvenes, curados, todos ellos hechos con leche de oveja sin pasteurizar. This is the Real Thing, the Real Cheese.

White, White wiiiiine!

Existe una expresión española que dice: ‘Con pan y vino se anda el camino’. El pan y el queso ya lo hemos comido. Nos falta el vino y éste lo encontraremos en la costa, en las colinas que miran al Cantábrico, el sitio ideal para el cultivo de las uvas de las que nacerá el txakoli, un vino blanco típicamente vasco con una ligera aguja e ideal para acompañar pescados. Visitaremos una pequeña bodega ecológica que emplea métodos tradicionales para que conozcas los entresijos del txakoli, de las uvas Hondarrabi Zuri y Hondarrabi Beltza que lo hacen posible y, por supuesto, descubras todo su poderío.

Mouse mountain

Todo esto ocurrirá cerca de Getaria, el pueblo costero por el que daremos un breve paseo antes de comer. Getaria no sólo tiene un monte con forma de ratón, sino que es el pueblo natal de dos de los vascos más universales: Juan Sebastián Elcano (el primero en dar la vuelta al mundo) y Cristóbal Balenciaga (el diseñador internacional conocido como el Príncipe de la Moda). Más: Getaria es famosa por sus parrilladas de pescado al carbón, omnipresentes en las calles más próximas al puerto por lo que es natural que nuestra comida sea aquí. ¿Necesitas otra razón de peso? Getaria sigue siendo uno de los puertos pesqueros más importantes de Gipuzkoa por lo que la mayoría del pescado de los restaurantes ha sido desembarcado a apenas ¡100 metros! de donde nos encontramos.

Dream road

Es una carretera de ensueño por dos razones: puedes echarte una buena siesta tras la comida y soñar con ovejas (latxas, por supuesto) pero no te lo recomendamos. La carretera de regreso a San Sebastián es una de las más bellas de la Costa Vasca, sería una pésima idea perderte las curvas que, cuando hay temporal, se llenan de olas o los caseríos y vacas que pastan en el monte Igeldo. Estás avisado.